Para Medellín, entre 2009 y 2017, se tiene que la población en primera infancia ha estado relativamente estable en los casi 176.000 niños y niñas.
Como se observa en el gráfico, en cuanto a la satisfacción de los hogares de Medellín frente a la atención a los menores de cinco años en entornos institucionales, se tiene que hay una satisfacción estable entre 86% en 2015 y 87% en 2019, llegando a un máximo de 91% en el año 2017.
En el campo de las ciencias sociales y otras disciplinas como la medicina, la neuropsicología y la nutrición, las investigaciones recientes evidencian cada vez más la importancia del desarrollo integral durante las etapas más tempranas de la vida, demostrando que si durante los primeros años, incluyendo la gestación, los niños y las niñas no logran alcanzar su máximo potencial de desarrollo y crecimiento, los riesgos para la vida futura son inminentes.
De acuerdo con investigaciones científicas, el desarrollo del cerebro es acelerado y crítico durante los primeros años de vida, tanto el desarrollo de su anatomía, como el de sus estructuras y el de sus funciones superiores pueden establecer trayectorias en la salud física y mental, en el comportamiento humano y en los procesos de aprendizaje a través de todo el ciclo vital. La evidencia demuestra que estas son muy difíciles de cambiar durante las etapas posteriores de la vida.
La experiencia en distintos países y los estudios económicos sobre los programas sociales focalizados para la atención integral de la primera infancia han demostrado que la inversión social en esta etapa de la vida genera altas tasas de retorno y son costo-efectivas para los países, siendo así, una herramienta fundamental para el desarrollo de capital social (…). A propósito de este tema, y refiriéndose más a las consecuencias socioeconómicas de la acumulación de generaciones de niños y niñas con deficiencias en el desarrollo integral, es que autores tan relevantes como Heckman (2006) han descrito ampliamente como estos rezagos tienen efectos nocivos, ya que se traducen en una perpetuación de las inequidades sociales y la transmisión intergeneracional de la pobreza.
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Desde un análisis del curso de vida, la atención integral en primera infancia también tiene beneficios que se observan en la movilidad social, dado que, sin una atención pertinente y adecuada de los niños y las madres, se generan muchas de las desigualdades que se perpetúan a lo largo de la vida.
Asimismo, los más altos beneficios sociales se obtienen de las inversiones que ocurren en los primeros años. Esto hace de la educación inicial uno de los soportes fundamentales para el desarrollo de los niños, el cual se configura en la base sobre la cual ocurre el desarrollo posterior (DNP, 2014, p. 228).
En un nivel macro, la atención integral ayuda a reducir el porcentaje de población que vive en la pobreza, al mejorar la equidad en las capacidades cognoscitivas, la salud y el ingreso, reduce la violencia, mejora la estabilidad social y mejora la calidad del capital humano potenciando el crecimiento y el desarrollo económico (Mustard, 2007, p.60).
Con este marco conceptual y empírico en mente, en 2017, la Fundación Éxito, la Fundación Sofía Pérez de Soto y la Fundación Proantioquia se aliaron con Medellín Cómo Vamos para hacerle seguimiento a las condiciones que dan cuenta del bienestar integral de los niños y niñas en la primera infancia en Medellín. Ese ejercicio de seguimiento quedó plasmado en el informe ¿Cómo va la primera infancia en Medellín?
En 2018, la alianza se renovó entre Medellín Cómo Vamos, la Fundación Éxito y la Fundación Proantioquia, con el objetivo de dar continuidad al seguimiento de las condiciones de la primera infancia en Medellín, bajo la perspectiva de derechos y sus realizaciones asociadas, de acuerdo con la Política Pública nacional “De Cero a Siempre”.
Las siete realizaciones incluidas en la política son:
- Cuenta con padre, madre, familiares o cuidadores principales que lo acogen y ponen en práctica pautas de crianza que favorecen su desarrollo integral.
- Vive y disfruta del nivel más alto posible de salud.
- Goza y mantiene un estado nutricional adecuado.
- Crece en entornos que favorecen su desarrollo.
- Construye su identidad en un marco de diversidad.
- Expresa sentimientos, ideas y opiniones en sus entornos cotidianos y estos son tenidos en cuenta.
- Crece en entornos que promocionan sus derechos y actúan ante la exposición a situaciones de riesgo o vulneración.
Para dar cuenta de las siete realizaciones incluidas en la Política, el Programa incluye en estos informes indicadores de resultado, acordes con la metodología de seguimiento a la calidad de vida, con base, primordialmente, en fuentes oficiales, pero también se complementa con información proveniente de la Encuesta de Percepción Ciudadana -EPC- que realiza el programa anualmente.
En el informe publicado en 2018, que da cuenta del bienestar de la primera infancia con corte a 31 de diciembre de 2017, se buscó hacer énfasis a la agenda mundial de Objetivos de Desarrollo Sostenible en lo concerniente con los niños y niñas menores de seis años. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un conjunto de propósitos globales que buscan erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de todos en el marco de una nueva agenda de desarrollo sostenible, que considera las tres dimensiones del desarrollo: ambiental, social y económica.
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