El desempleo en la región metropolitana del Valle de Aburrá sigue al alza. En cada trimestre de este año la cifra es superior a la del mismo trimestre del año 2018. Durante junio-agosto hubo una tasa del 12,6%, para un total de 261.000 desempleados, 20.800 más frente al año anterior.
En los últimos años, el mercado laboral muestra cada vez con mayor fuerza un sesgo de empleabilidad a favor de las personas con mayor nivel educativo. La información de quienes son los desempleados a julio de este año en relación con el año pasado, muestra que el nivel promedio de escolaridad bajó, pasando de 11,6 años promedio a 10,5 años promedio. Se observa un aumento de la participación de los desempleados con formación menor a la secundaria completa.
Son múltiples los factores que impactan el incremento del desempleo, pero un factor que incide de forma estructural es el nivel formativo de las personas. El mensaje según el cual los jóvenes no tienen incentivos a graduarse del bachillerato pues las oportunidades de emplearse son bajas, tiene que contrastarse con la realidad del mercado laboral.
En todos los niveles formativos hay desempleo, pero este tiende a ser mayor cuando la formación académica es menor. La permanencia de los jóvenes en el sistema educativo es un pilar fundamental para reducir el desempleo en la región y para los adultos desempleados y con bajo nivel educativo la mejor opción es procesos de capacitación con alta pertinencia, lo que significa que están aparejados a demandas puntuales del mercado laboral.
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