- Es vital seguir promoviendo y focalizando el acceso de las mujeres a los diferentes escenarios de participación y disfrute de las actividades culturales, recreativas y deportivas, así como la atención en salud, educación, enganche laboral y del pleno desarrollo de sus proyectos.
- Solo la labor coordinada del Estado y el Mercado pueden generar condiciones de desincentivo de la informalidad y acceso a trabajos dignos que permitan el logro de la autonomía económica de las mujeres.
- A través del Informe sobre ¿Cómo va la calidad de vida de las mujeres en Medellín? 2019-2020, hemos hecho en Proantioquia y Medellín Cómo Vamos una radiografía sobre los mayores retos que tiene la ciudad, en este informe reunimos también diferentes voces expertas alrededor de los temas más desafiantes en la ciudad. Consulta aquí el informe completo
En Medellín existen brechas de bienestar que impiden a las mujeres lograr la autonomía económica, la base para la construcción de la libertad individual. En lo referente al mercado laboral, dadas las consecuencias de la pandemia, las mujeres han estado más golpeadas por los efectos económicos de la crisis, registrando una mayor destrucción de empleos y una tasa de desempleo de 20,7%, la más alta de la última década. En 2020, las mujeres expresaron en menor proporción frente a los hombres que en la ciudad es fácil encontrar trabajo, emprender con éxito una actividad económica independiente y fueron más pesimistas sobre la situación de la economía futura de la ciudad. A mayor nivel de educación técnica, tecnológica o superior para las mujeres, la brecha salarial se reduce, lo que da cuenta de la necesidad de seguir impulsando estrategias educativas y de enganche laboral, hoy con mayor fuerza ante la coyuntura por el COVID-19.
Por otra parte, es fundamental seguir disminuyendo el embarazo adolescente en la ciudad. Positivamente, ha habido una disminución en los años 2016-2019 en la ciudad, pasando de 65,6 nacidos vivos por cada mil mujeres entre 15 y 19 años a 42,1, no obstante, las mayores tasas de fecundidad adolescente siguen teniendo un factor socio-territorial fuerte, dado que entre mujeres de 15 y 19 años se siguen presentando en Popular y Manrique tasas que están muy por encima del promedio de la ciudad. De allí la importancia de continuar generando acciones que permitan reducir de forma equitativa las tasas de fecundidad y así evitar la reproducción de pobreza intergeneracional.
Frente a la situación de vida en Medellín, las mujeres tienen una percepción más negativa que los hombres en lo concerniente al orgullo con la ciudad, así como la satisfacción con ésta como un lugar para vivir, además piensan en menor proporción que los hombres que las cosas van por buen camino. Si se da a una mirada a diferentes temas de calidad de vida en 2020 como seguridad, hábitat urbano o convivencia ellas se sintieron menos seguras en la ciudad, están más insatisfechas con calidad del aire, el ruido, las basuras, escombros y con el espacio público, los parques y las zonas verdes disponibles en la ciudad y, adicionalmente, percibieron en mayor proporción frente a los hombres que hay muy mal comportamiento frente a los diferentes aspectos de la vida en comunidad, como el respeto a la vida, a las mujeres, a los niños y niñas y a las personas de diversa orientación sexual.
En términos de movilidad, las mujeres reportaron en mayor proporción usar en sus actividades cotidianas el transporte masivo (metro, metrocable, tranvía) y el público (buses, busetas, micros y taxis), no obstante, se movilizaron menos a través del transporte privado (motocicletas y carros particulares) y el humano (caminata y bicicleta).
De otro lado, pese a que las mujeres afirmaron, en mayor proporción no realizar ninguna acción durante el último año para resolver un problema individual, de la comunidad o para apoyar a otras personas en sus ideas o hechos, hay una leve ventaja de ellas en lo concerniente a actividades sociales como recoger fondos, donar dinero y solicitar apoyos a personas influyentes o poderosas para ayudar a otras personas.
Así las cosas, la informalidad laboral se constituye en uno de los obstáculos más relevantes para alcanzar la igualdad, en la medida que las mujeres y sobre todo las mujeres jóvenes tienen una menor participación en el mercado laboral y en la medida que son madres, una menor posibilidad de lograr llevar vidas laborales más estables y formales, o que mina su capacidad de obtener ingresos más altos y pensionarse. Solo la labor coordinada del Estado y el Mercado pueden generar condiciones de desincentivo de la informalidad y acceso a trabajos dignos que permitan el logro de la autonomía económica de las mujeres.
En definitiva, es necesario pensar en estrategias para cerrar las brechas entre hombres y mujeres en torno a diferentes aspectos de calidad de vida y de interacción en la sociedad. En ese sentido, es vital seguir promoviendo y focalizando el acceso de ellas a los diferentes escenarios de participación y disfrute de las actividades culturales, recreativas y deportivas, así como la atención en salud, educación, enganche laboral y del pleno desarrollo de sus proyectos y autonomía económica.
- Inicie sesión para enviar comentarios