Las fotos de las coaliciones presidenciales siguen un patrón, hombres de mediana edad, blancos o mestizos, leyendo el país desde sus propias luchas. La presencia de las mujeres ha sido esencialmente testimonial, en ocasiones esfuerzos sinceros de apertura y, en otros, formas de congraciarse simbólicamente con el cambio social de un país más igualitario, que llegó para quedarse.

El informe sobre ¿Cómo va la calidad de vida de las mujeres en Medellín?, 2021, que llega a su cuarta edición, se da en un contexto del debate por el poder político en Colombia, y pone sobre la mesa algunos de los principales retos de la calidad de vida de las mujeres. 

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Los problemas del poder y las luchas propias de las mujeres pasan por lograr una mayor participación en ámbitos de toma de decisiones, pero también están relacionados con la inclusión de los problemas identificados en las agendas públicas, la política pública y las reivindicaciones históricas en las prioridades de actuación del sector público y privado. 

El rápido proceso de envejecimiento de la población de Medellín, especialmente de las mujeres que tienen más retos para pensionarse, genera una dificultad sin precedentes para la implementación de mejores programas sociales por parte de los gobiernos y organizaciones privadas. Además, a pesar de que esta generación de mujeres jóvenes han sido las más preparadas en la historia, la ampliación de las brechas en tiempos del cuidado pone barreras sobre el acceso al mercado de trabajo y mayores niveles de formación.   

En cuanto a seguridad y convivencia, las mujeres tienen una menor exposición a violencias homicidas, sin embargo, presentan una mayor prevalencia de violencia sexual y violencia intrafamiliar en el hogar, profundizadas por las condiciones del encierro a causa de la pandemia y el deterioro de las condiciones sociales. Además, las condiciones particulares de Medellín ponen presiones excesivas sobre las mujeres de la ciudad, que tienen la mayor tasa de muertes por suicidio por encima de Bogotá, Cali y Barranquilla.  

El 2022 es un año con múltiples retos y reflexiones sobre la igualdad de género en Medellín. El deterioro de las condiciones de vida por la pandemia, que golpeó de forma especialmente a las mujeres, la agudización de la conflictividad política en la ciudad y el año electoral, contrastan con los 15 años de la Secretaría de las Mujeres y el necesario balance del avance de la agenda social de mujeres y la política pública de igualdad de género para las mujeres urbanas y rurales de Medellín.  

El creciente poder de las reivindicaciones feministas, en todas sus vertientes, como una fuerza política transformadora es transversal a todas las dimensiones de la calidad de vida y tiene impacto para toda la población, sin embargo, el avance en el cierre de brechas no ha sido igual en todas las dimensiones. Con este informe, desde Medellín Cómo Vamos buscamos hacer seguimiento a la calidad de vida de las mujeres, señalando los avances y retos que enfrentan, con el ánimo de seguir promoviendo la reducción de brechas como una prioridad de los actores políticos, económicos y sociales de la ciudad.