El Informe ¿Cómo va la calidad de vida de las mujeres en Medellín?, 2022 es una radiografía alrededor de los principales desafíos que tiene la ciudad para enfrentar las brechas sociales y económicas de las mujeres. Seguimos evidenciando enormes retos en aspectos como autonomía económica, empleo, pobreza, seguridad alimentaria, salud, educación y violencias basadas en género.
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Es importante resaltar que Medellín A.M. fue en 2021 la ciudad principal del país con el menor porcentaje de pobreza monetaria, pero presentó la mayor brecha entre hombres y mujeres, sumado al mayor reporte de hambre en 17 años que tuvo a las mujeres como principales protagonistas. Que este dato no pase de largo: el 60% de las mujeres que reportan hambre viven en el norte de Medellín. Las consecuencias de la pandemia y la inflación tienen que ver en estos resultados, pero la gestión de la Alcaldía de Medellín importa, no es un problema ajeno en una ciudad con siete billones de presupuesto anual.
A lo anterior se suma un hecho que no es nuevo, pero que la ciudad y el país no han logrado mitigar: las mujeres siguen recibiendo las mayores cargas del cuidado doméstico no remunerado, hay una brecha de cerca de 13 horas semanales frente al tiempo que destinan hombres y mujeres en oficios como ayudar a comer, bañar, vestir o llevar a algún lugar a las personas del hogar que lo requieren. Este aspecto debe poner todas las alertas no solo en Medellín, sino en el país pues la desigualdad en la distribución de las cargas de cuidado afecta el potencial de generación de ingresos de las mujeres, así como su acceso a protección social y autonomía económica.
En materia de educación, los resultados de las Pruebas Saber 11 evidencian que los hombres han presentado puntajes superiores en todas las áreas de conocimiento, no obstante, es importante destacar las diferencias que existen por nivel socioeconómico: en el nivel más alto, las mujeres tienen una leve ventaja en los resultados frente a los hombres (una ventaja de 2 puntos), mientras que, en el nivel socioeconómico más bajo, los hombres superan ampliamente los resultados de las mujeres (una brecha de 11 puntos), esto podría estar explicado por los retos sociales que enfrentan las mujeres del nivel socioeconómico más bajo en aspectos como las cargas del cuidado, lo que supone también preguntas alrededor de ¿qué tan preparadas ingresan las mujeres a educación superior? y ¿cómo podemos hacer frente a estas barreras que inciden en su aprendizaje?
Respecto a la participación de las mujeres en el mercado laboral, si bien hay una recuperación del empleo, siguen existiendo diferencias marcadas. La tasa de desempleo de las mujeres sigue siendo superior a la de los hombres, lo que significó que en 2022 más de 125 mil mujeres estuvieron desempleadas, de hecho, en nuestra Encuesta de Percepción Ciudadana de Medellín ellas reportaron en mayor medida que en la ciudad no era fácil encontrar trabajo.
Desde una perspectiva de violencias basadas en género, es importante hacer énfasis en que el lugar de mayor amenaza para la vida de las mujeres sigue siendo su propia casa: durante el año 2022 en Medellín, la vivienda fue el lugar donde se presentaron con mayor frecuencia homicidios, con un 60% de los casos, el segundo lugar lo ocupó la vía pública. Las mujeres no están seguras ni en su casa ni en la vía pública y esto tiene que pasar necesariamente por garantizar mecanismos efectivos de protección y denuncia en los que su derecho a la ciudad no esté en entredicho.
En definitiva, este panorama sigue evidenciando la importancia de seguir trabajando en estrategias para cerrar las diferentes brechas de género que existen en la ciudad, no hemos logrado avanzar a un ritmo suficiente en aspectos clave como educación, cargas del cuidado, seguridad alimentaria y violencias. La focalización, romper estereotipos y garantizar el acceso de las mujeres a los diferentes escenarios de participación es fundamental para que su voz se escuche cada vez más fuerte.
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