¿Cómo vamos en pobreza y desigualdad?
Dentro de la nueva agenda global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los objetivos 1 y 10 están relacionados con la pobreza y la desigualdad. Así, el objetivo 10 alude a “Reducir la desigualdad en y entre los países”. De acuerdo con la ONU (2016) dentro del objetivo se han planteado metas a 2030 como “ lograr progresivamente y mantener el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media nacional; potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición y garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de los resultados, en particular mediante la eliminación de las leyes, políticas y prácticas discriminatorias y la promoción de leyes, políticas y medidas adecuadas a ese respecto”
Como se puede observar, en 2021 la autopercepción de pobreza alcanzó su punto más alto. El 32% de las mujeres así lo afirmó, frente al 30% de los hombres.
Los objetivos superiores de la política pública están ligados a la creación de riqueza y a la garantía de un estándar mínimo de vida para toda la población. Una definición amplia indica que la pobreza es una situación de privación aguda del bienestar. Si se considera que el bienestar está asociado con la cantidad de recursos que los hogares o individuos tienen para adquirir los bienes que necesitan; entonces, la pobreza es una medida que compara los ingresos o el consumo de las personas con un umbral predefinido como “mínimo” o “básico”, por debajo del cual se considera que las personas o familias son pobres. Esta es una visión monetaria o material de la pobreza (BID, 2017).
La pobreza monetaria se divide usualmente entre aquellos que no pueden acceder a una canasta básica alimenticia o de subsistencia, denominados como pobres extremos, y los que no pueden acceder a la canasta básica de bienes y servicios, a quienes de se les denomina como pobres.
Por su parte, la desigualdad se refiere a las disparidades entre grupos sociales en el acceso a determinados servicios, recursos, beneficios, derechos, entre otros factores. Esta puede ser medida en términos monetarios y no monetarios, también, concebirse como una manifestación de la pobreza, con la diferencia de que la desigualdad es un concepto amplio que se define por las diferencias entre grupos en la totalidad de la población y no únicamente sobre las personas que se encuentran por debajo de un umbral de pobreza (Ravallion, 2016; en BID, 2017).
La desigualdad podría no ser un problema de índole prioritario sí toda la población disfrutara de ese “mínimo de calidad de vida” que resulte aceptable socialmente. No obstante, la lucha contra la pobreza únicamente es exitosa si se hacen transformaciones sustantivas en la distribución del ingreso y de la riqueza (González J, 2011).
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Dentro de la agenda global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los objetivos 1 y 10 están relacionados con la pobreza y la desigualdad. El objetivo 1 alude a “Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo” y de acuerdo con la ONU (2016) entre las metas a 2030 incluidas en este objetivo están: “erradicar la pobreza extrema para todas las personas en el mundo, actualmente medida por un ingreso por persona inferior a 1,25 dólares de los Estados Unidos al día, y reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a las definiciones nacionales”. Por su parte, el objetivo 10 alude a “Reducir la desigualdad en y entre los países”. De acuerdo con la ONU (2016) dentro del objetivo se han planteado metas a 2030 como “lograr progresivamente y mantener el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media nacional; potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición y garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de los resultados, en particular mediante la eliminación de las leyes, políticas y prácticas discriminatorias y la promoción de leyes, políticas y medidas adecuadas a ese respecto”.
Los resultados en los indicadores de pobreza y desigualdad están relacionados con el crecimiento económico, el mercado laboral y el costo de la canasta básica de pobreza.
Medellín Cómo Vamos le hace seguimiento a la pobreza a través de los indicadores de tasa de pobreza extrema y tasa de pobreza, además de la inversión pública en población vulnerable. En desigualdad se incluye el Índice de Gini para los ingresos, que va de cero a uno, siendo cero la perfecta igualdad, esto es, que todos los individuos tienen el mismo ingreso, y un índice de uno implica la perfecta desigualdad, es decir solo un individuo posee todos los ingresos en un tiempo de análisis dado.
Además, se incluye el Índice Multidimensional de Condiciones de Vida-IMCV para las comunas y corregimiento y para el conjunto de la ciudad. El propósito fundamental de la construcción del índice es evidenciar las diferencias en los niveles de desarrollo y de condiciones de vida en las comunas y corregimientos, para realizar una inversión social focalizada y con progresividad, entendida ésta última como una mayor inversión para aquellas comunas y corregimientos donde hay menores niveles de desarrollo. En otros términos, hay una intencionalidad de generar procesos de intervención que conduzcan a cerrar brechas en los niveles de vida de los habitantes de la ciudad.
Percepción de pobreza y desigualdad
La pobreza también se mide a través de variables cualitativas como la de percepción de la pobreza, que en esencia consultan si una persona se concibe a sí misma como pobre. La autopercepción de pobreza afecta el bienestar de las personas y es por ello que, usualmente, se incluye en mediciones de calidad de vida o bienestar. Es así como la Encuesta de Calidad de Vida que realiza el Departamento Administrativo Nacional de Estadística-DANE- incluye esta pregunta desde 1993 y el programa Medellín Cómo Vamos desde el año 2006.
La autopercepción de pobreza se relaciona tanto con condiciones objetivas reportadas en la Encuesta como con formación de percepciones en otros aspectos vitales para la calidad de vida.
En cuanto a la desigualdad percibida en la ciudad, en el marco de una iniciativa de ONU-Hábitat, la agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para el desarrollo urbano; la Fundación Avina y la Red Latinoamericana por Ciudades Justas, Democráticas y Sostenibles se llevó a cabo en 2012 una Encuesta de Percepción sobre Desigualdad Urbana en Ciudades Latinoamericanas 2012 (EPDUCL).
El año 2013 se convierte entonces en la línea de base para las respuestas sobre la percepción de desigualdad en la ciudad. De la EPDUCL se escogieron algunas preguntas para incluirlas en La Encuesta de Percepción Ciudadana del programa. Así se incluye indicadores relacionados con la percepción sobre el estado de la desigualdad actual en la ciudad; la percepción sobre qué tan desigual es la ciudad en algunos aspectos clave para la calidad de vida que ofrece. Por último, se pregunta por las acciones de gobierno que más aportan a la reducción de la desigualdad.
Demografía
La demografía es un eje transversal del análisis de Medellín Cómo Vamos en tanto la mayoría de los indicadores usados contienen información poblacional, como número total de habitantes de un territorio, según grupo etario, relevantes para servicios sociales como educación y salud.
Los cambios demográficos tienen altas implicaciones en el acceso y calidad a los servicios que demandan los ciudadanos, lo que termina repercutiendo en los indicadores. De acuerdo con la teoría de la transición demográfica, Medellín estaría atravesando por la tercer y última fase de la transición, en la que la tasa de natalidad desciende y coincide con una tasa de mortalidad baja y con poco cambio y un aumento importante en la esperanza de vida, lo que da lugar a un crecimiento poblacional bajo.
Los indicadores que incluye Medellín Cómo Vamos para hacer seguimiento a la demografía son la pirámide poblacional, el índice de envejecimiento, la tasa de dependencia, la población total y su crecimiento en las comunas y corregimientos y en migración, la llegada y expulsión de desplazados.
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